El próximo viernes, 30 de abril a partir de las 19:00 tendrá lugar el pistoletazo de salida para la X edición de Sombra, el Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia. Comenzamos esta edición tan especial con la inauguración de la exposición Jess Franco y la erótica del horror, uno de los grandes autores del Fantaterror patrio, así como uno de los directores más prolíficos de la historia.
Para la inauguración tendremos el honor de contar con Fernando Abril (coleccionista cesionario material), Kike Mesa (director de Fotografía de Jess y cesionario material), Luis Colombo (director de Fotografía de Jess y cesionario material), Diego López (Adjunto dirección Sitges) y Mónica García (Directora Fundación Sitges). El Comisario de la exposición es Pedro López, del Dpto Artes Plásticas Concejalía de Cultura.
La exposición contará con medio centenar de piezas entre las que se incluyen premios, libros, posters, vinilos, objetos personales, objetos de rodaje, videos, audios… Además de una selección de fotografías cedidas por Luis Colombo, Pipo Fernández, Carlos Aguilar and Kike Mesa.
La exposición tendrá lugar en el LAC/ Laboratorio Artístico del Carmen (Calle Sacerdotes Hermanos Cerón, 25, 30002 Murcia)
Horarios:
- Martes a Viernes: 10 a 13:30 y de 16:30 a 20:00
- Sábados: 10 a 13:30
Jess Franco fue el director de la segunda unidad de Campanadas a medianoche, a las órdenes de Orson Welles. Jess franco rodó unas 200 películas a lo largo de su carrera.
Ese breve párrafo, 28 palabras, explica a la perfección la grandeza de la pasión por el cine de este artista irreverente, que creó un universo cinematográfico inabarcable, en el que los géneros -terror, noir, cine bélico, erótico, comedia, porno- se mezclaban sin orden ni concierto, dentro del frenético quehacer que le caracterizó. Al final todo llevaba su sello.
Su dilatada y salvaje trayectoria es admirada por un fandom internacional que colecciona y analiza su desbocada carrera por rodar, en un interminable viaje que le llevó a convertirse en uno de los mitos de nuestro cine.
No resulta fácil explicar a un neófito cuál es el valor de toparse con alguna de sus producciones más formalmente descuidadas. Sus películas se rodaron en las condiciones más diversas e imposibles: la palabra “presupuesto” importaba bien poco, de lo que se trataba era de rodar una y otra vez sus lisérgicas ideas: todo valía. Esta premisa principal se fue amplificando lentamente, hasta dar lugar a un imparable monstruo que reutilizaba sin parar escenas, rodaba 3 películas a la vez, dejaba pufos a diestro y siniestro, vendía la misma película como 4 distintas y en muchas ocasiones prescindía directamente de guion alguno. Desde la muy formal El conde Drácula, (Jack Taylor, presente en la misma, nos contó que fue la última cinta en la que se preocupó de conceptos cinematográficos al uso) hasta el establecimiento de un estilo personalísimo, libérrimo e indómito, que desarrolló a fondo en alguno de sus títulos más celebrados, como Necronomicón o Las vampiras, purito cine psicotrónico que a día de hoy sigue resultando tan extraño como fascinante. Sus inmersiones en el explotation de caníbales y/o exorcismos también dieron lugar a unos cuántos artefactos de destrucción masiva, como la infame Mondo Cannibale o Lorna the exorcist, penetrando en territorios tan abruptos que los originales no se atrevieron a explorar.
Todo ese proceder le llevó a rodar por toda Europa, asumiendo todo tipo de roles: director, productor, guionista, compositor, montador y director de fotografía, dando lugar a ese culto que aun se le profesa, como auténtico coloso de la Serie B mundial.